NUESTROS DJS

José David inició su carrera como DJ a los 18 años, manejando vinilos en diversos locales de moda hasta abrir su propio espacio, Disco-Pub Latino, en 1989. Presentó un programa de radio destacando sencillos de música disco. Con más de 20 años dedicados a compilar y remasterizar tangos, valses y milongas, su colección destaca por su calidad sonora. Ha musicalizado eventos de tango por más de 15 años, siendo DJ residente en “Milonga La Pasional” desde 2008. Además, como bailarín y docente, organiza eventos, mostrando su profundo conocimiento de orquestas y estilos. Su extensa carrera como DJ lo lleva a destacar en milongas nacionales e internacionales, inyectando energía, originalidad y diversión en cada sesión.

Joseba Pagola, residente en Andoain, País Vasco, destaca como experto conocedor de las variaciones rítmicas de orquestas, estilos y la evolución del tango. Su amplia experiencia como bailarín y profesor se fusiona con su profundo conocimiento histórico del género, permitiéndole seleccionar con maestría la música más adecuada para cada momento de la milonga. Siempre atento a las necesidades de los bailarines, la elección de sus tandas se vincula intrínsecamente con la atmósfera y la energía que fluye en la pista de baile, creando así una experiencia musical envolvente y armoniosa.

Como organizador de eventos, siempre busca la excelencia musical, la calidad del sonido y que la magia fluya en la pista. Su prioridad es conectar con los bailarines, combinando ritmos, melodías y orquestas según la atmósfera del momento.

Con años de experiencia musicalizando milongas en España y Europa, en 2018 fundó la Escuela de Baile “La Bombonera” en Oviedo. Allí, además de enseñar tango, ha creado un grupo de DJs residentes, potenciando sus estilos y construyendo una sólida comunidad tanguera. Para él, la autenticidad es lo más importante.

Cuando musicalizo una milonga, mi principal objetivo es conectar con los bailarines, creando un ambiente que inspire el deseo de bailar y disfrutar. Cada DJ aporta su propia sensibilidad y enfoque, adaptándose al lugar, los bailarines y la energía de la pista. Para mí, los mejores tangos que puedo ofrecer en una milonga son aquellos que combinan una base rítmica sólida con una profunda carga emocional. Es crucial seleccionar la música con la mejor calidad posible, para así guiar e inspirar a los bailarines. Al finalizar cada milonga, mi meta es que los bailarines se lleven consigo una noche memorable, con tangos resonando en su mente y el grato recuerdo de las experiencias vividas.

Muchas personas descubren el Tango a través del baile; en mi caso, fue la música la que me llevó a él. Su ritmo poderoso, sus melodías delicadas pero llenas de pasión, y, sobre todo, sus letras conmovedoras, han sido mi compañeras a lo largo de toda mi vida. Amo el Tango y me veo reflejada en él, como si fuera un espejo. ¿Queréis saber un secreto? Un día, logré cruzar ese espejo, y en ese instante, decidí musicalizar y compartir mi interpretación del Tango. Entiendo que la Milonga es una creación colectiva, donde cada participante trae consigo su propio Tango. Por eso, considero que el papel del musicalizador es mezclar todos esos colores en el lienzo en blanco que es la milonga. Debe captar las distintas sensibilidades para crear algo armónico, bello y lleno de sentido. Mantener la energía es esencial, creando una atmósfera intensa que lleve a la emoción, la profundidad y el disfrute de todos.